domingo, marzo 04, 2007

Hacia una nueva civilización

por Mijail Gorbachov
Fuente: www.kosmosjournal.org


Mijail Gorbachov es el anterior presidente de la Unión Soviética y laureado con el Premio Nóbel de la Paz en 1990. Durante su liderazgo de la Unión Soviética, de 1985 a 1991, transformó la nación y la sociedad por medio de la ‘perestroi-ka’ (reestructuración) y desempeñó un papel importante en la finalización de la Guerra Fría. Actualmente sirve como presidente de la Fundación Gorbachov, dedicada a la Nueva Civilización y presidente de la Cruz Verde Internacional. Es una voz global sabia y respetada a favor de un nuevo y más justo orden internacional.



Hoy les hablaré más como político que como presidente de la Fundación Gorbachov. Mi vida pública está conectada, de tantas formas, a la política, que intuyo que lo mejor es dirigirme a ustedes desde esta perspectiva. En realidad, la política es un área de preocupación vital para el mundo en que vivimos, y no podremos resolver los problemas generales del mundo si no resolvemos los problemas políticos.


Para comenzar, me gustaría dirigir vuestra atención a la naturaleza imperativa del tema de hoy: “Crear una Nueva Civilización”. En mi opinión, aunque el tema es muy familiar, aún suscita muchas preguntas. ¿Qué significa “crear una nueva civilización”? ¿Qué estamos buscando? ¿Estamos intentando apresurar, artificialmente, el proceso histórico? Lo que brota en el terreno de un asentamiento social particular y se desarrolla orgánicamente, tiene una probabilidad futura exitosa. Por otro lado, si se fuera a imponer por la fuerza, no tendría la misma posibilidad de éxito.


Crear una Nueva Civilización tiene un toque de subjetividad, una sugerencia de trastornar o mermar el paso del proceso histórico, quizás alterándolo de una manera dramática. ¿Cuál será el destino de las civilizaciones existentes? ¿Las tendremos que desechar en el curso de la creación de la nueva civilización o, dejarán el escenario espontáneamente?



Intentamos dirigir la atención sobre el hecho de que la civilización está pasando por un profundo proceso de cambio justamente frente a nuestros ojos. Nuevas formas de vida están surgiendo y la ciencia social las estudia y documenta. Los hallazgos de estos estudios son lo más importante para la política. Es importante informar, sobre este mundo emergente, a las instituciones civiles y a los ciudadanos ordinarios con conocimiento. Desde esta perspectiva, apoyo la idea de ‘crear una nueva civilización’.



El paso acelerado del cambio, en los años recientes, aumenta el peligro de que nuestra conciencia en desarrollo se quede rezagada. Se han cometido errores en el ordenamiento y administración de nuestro mundo. Nuestros líderes podrían haber tomado decisiones diferentes y caminos alternativos. A través de mis viajes y discusiones alrededor del mundo, he llegado a comprender que una preocupación compartida por muchas personas es que, hoy, en el mundo existe una falta de liderazgo.


No podemos derribar el proceso histórico, ni tampoco detenerlo, pero podemos esforzarnos por entender su esencia a medida que se desarrolla. Podemos discriminar entre el carácter creativo de algunas tendencias y el carácter destructivo de otras. Apoyados por ese conocimiento, podemos actuar en armonía con el proceso y guiarlo de manera positiva. Quienes escuchan el resonar de la historia y quienes entienden los fundamentos del desarrollo mundial, en una etapa determinada de desarrollo, son los verdaderos líderes para ese momento.



Cuando entendemos el proceso y su dirección y actuamos de acuerdo con ello, tenemos el potencial de salvarnos a nosotros mismos de la catástrofe. No nos debemos poner del lado de quienes tienen miedo cuando enfrentan las dificultades del mundo moderno. Algunos científicos conocedores sugieren que dejemos que el mundo gire a su paso. Que los débiles perezcan y los fuertes sobrevivan. Ellos creen que el mundo es tan complejo y determinado que no se puede realmente impactar el proceso natural. Creo que esta es una actitud política peligrosa que llega hasta el Darwinismo social.



Esta actitud fácil promueve la agudización del conflicto étnico entre los estados naciones y la intensificación de problemas similares en las relaciones internacionales. Para bien o para mal, la globalización está teniendo una influencia poderosa en nuestras sociedades. Vemos el surgimiento de los movimientos de protesta contra la globalización de no intervención. Para crear un mundo sostenible y próspero, debemos preservar toda la diversidad étnica, cultural y natural que el mundo tiene para ofrecer.



El mundo actual enfrenta tres retos globales principales. El primero es la seguridad, incluyendo las amenazas relacionadas con las armas de destrucción masiva y el terrorismo internacional. El segundo es la pobreza y atraso, con la mitad de la población del mundo forzada a existir con menos de dos dólares al día. Estos millones viven sin acceso al agua potable y a condiciones sanitarias y sufren de desnutrición y una multitud de enfermedades. La tercera es la amenaza de una catástrofe ecológica, cuyo alcance ha tomado proporciones globales. La moderna ‘civilización’ actual, que ofrece comodidad de vida a un tercio de la población mundial, ha llevado a toda la comunidad mundial hasta el borde de la crisis ecológica, cuando un 60% de nuestros sistemas naturales se han diezmado y puede que nunca se rehabiliten.



De este modo, se puede ver al mundo confrontado por muchos problemas importantes. Debemos buscar establecer las condiciones en las cuales se puedan reparar las fracturas que nos separan, para poder unir esfuerzos y resolver estos problemas comunes.
El año 2005 marcó el aniversario número 20 de la introducción de la ‘Perestroika’. El 11 de marzo, se celebró una gran conferencia de prensa para marcar ese importante acontecimiento y yo respondí preguntas de los reporteros durante más de tres horas. Después de haber dicho todo lo que quería decir y explicar todo lo que podía acerca del tema, una joven periodista me hizo la pregunta final: “Mikhail Sergeyevich, ¿cree usted que la perestroika fue un triunfo o una derrota?” Por eso creo que la conferencia de prensa no tuvo mucho éxito. Mi respuesta fue ambigua. “La Perestroika ha ganado una resonante victoria”, contesté.



Sí. Tuvo algunos reveses debido a las conspiraciones en el camino, pero nunca fueron suficientes para detenerla. El proceso de transformación ha progresado hasta el punto donde no hay posibilidad de regresar al pasado.


Esa es la importancia y el logro histórico de la perestroika. No solo influenció a la Unión Soviética sino al mundo en su totalidad, particularmente en el área de las relaciones internacionales. Aún juega un papel importante en la actualidad y, no hay duda de que continuará teniendo influencia significativa durante mucho más tiempo.


Cuando Zhou En Lai, era premier de la China, recibió una delegación francesa en Beijing; uno de los visitantes le preguntó su opinión acerca de la Revolución Francesa y su posible influencia en la China. Zhou En Lai respondió que todavía era muy temprano para sacar conclusiones acerca de la Revolución Francesa. La revolución había ocurrido hace 180 años pero, todavía, no se sentía dispuesto a sacar ninguna conclusión sobre su impacto. Por eso, a quienes estén ahora tratando de sacar sus conclusiones definitivas sobre la importancia de la perestroika, yo les diría que su verdadero significado e importancia permanecen cubiertos en el futuro.


Los logros de la perestroika fueron posibles porque estaban fundamentados sobre un análisis preciso de la situación de la Unión Soviética y del mundo en general. Primero, el mundo necesitaba un cambio fundamental. En la segunda etapa, sabíamos que el antiguo sistema tenía que ser eliminado y reemplazado por uno nuevo. Nos dimos cuenta de que además de los intereses de clase, étnicos y de estado, estaban involucrados los intereses de toda la humanidad. Nuestra primera prioridad era librar a la raza humana de la amenaza de la auto-destrucción. Vivimos en un mundo altamente interdependiente y ningún país puede asegurar su propia seguridad y prosperidad por sí solo. Esta comprensión constituyó el fundamento de nuestras decisiones estratégicas principales. Nos decidimos a favor de la libertad, la democracia y de un estado basado en la ley, optando por un cese a la carrera armamentista y a la cultura de confrontación global. Esas lecciones todavía se aplican.


Igual que hace veinte años, durante los días de la perestroika, es imperativo que el análisis de las tendencias prevalecientes en el mundo sea fiel. En el Instituto de Etnografía de Rusia, hemos estado estudiando la globalización durante siete años. Hemos observado que el mundo, con sus innumerables contradicciones, se dirige hacia una transformación mayor. Las preguntas más importantes son: ¿Hacia dónde se dirige la humanidad y cuáles son las características de este nuevo mundo?


La interdependencia se ha intensificado; no obstante, millones de personas son excluidas de este proceso.



  • China, India y Brasil son los nuevos gigantes en el panorama mundial. Están haciendo reconocer su presencia económica y política en el mundo.

  • Estados Unidos ha asumido un lugar especial como superpotencia única.

  • Europa se está uniendo y expandiendo; un desarrollo muy importante.

  • Rusia y las antiguas repúblicas de la Unión Soviética, están pasando por una transformación dinámica.

  • Finalmente, el mundo islámico está tratando de adaptarse a los cambios del mundo moderno y a todos los problemas asociados con este proceso.


Este es el mundo en que vivimos. Este es el marco dentro del cual la humanidad se esfuerza para encontrar las respuestas a los principales retos del siglo XXI. A mediados de los años 80, se sugirió una nueva forma de pensar, como alternativa a los viejos acercamientos. Ese nuevo pensamiento no aparece del aire, sino que, corresponde a los principios más importantes de la ley internacional y las relaciones internacionales. Actualmente necesitamos más pensamiento renovado para el nuevo siglo. Este es un mundo diferente del que existía hace 20 años y, no obstante, nuestros intentos para resolver los problemas actuales de la globalización y la interdependencia están basados en acercamientos anticuados. Esos esfuerzos mal dirigidos han creado muchos problemas y producido las olas de inseguridad que actualmente asolan a la Tierra. Somos como bomberos. Necesitamos visión para apagar el incendio, una visión basada en el estudio, la investigación y la sabiduría de los diferentes campos profesionales.


Las personas, en todo el mundo, están criticando o rechazando la globalización en su forma actual. Ellas quieren ver la cara humana de la globalización. Comparto este punto de vista. Apoyo el movimiento que apunta a una nueva globalización y cree que es posible crear un mundo diferente, un mundo mejor.



Entonces, ¿qué clase de mundo nos debemos esforzar por crear? Permítanme que les recuerde un discurso que dio el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, en la Universidad América en 1963, donde dijo que el tema más importante sobre la tierra era la paz mundial. “¿Qué clase de paz es la que buscamos? No una Pax Americana, impuesta sobre el mundo por medio de las armas de guerra americanas; no la paz de la sepultura o la seguridad del esclavo. Estoy hablando de una paz genuina; de esa clase de paz que hace digna la experiencia de vivir la vida sobre la tierra, que hace posible que los hombres y naciones crezcan y tengan esperanza y construyan una vida mejor para sus hijos. No solamente paz para los americanos, sino para todos los hombres y mujeres. No sólo paz en nuestra época, sino para todo tiempo”.


Las palabras del presidente Kennedy, sobre la paz, eran importantes cuando el mundo estaba bajo una amenaza real de conflicto nuclear. Pero la situación mundial actual, en muchos aspectos, es similar a la de 1963 y, esas palabras quizás son, aún más apropiadas y significativas en este momento. No olvidemos que JFK también dijo que una sociedad que no puede cuidar de sus miembros más vulnerables, tampoco podrá defender a su mayoría próspera. El futuro tiene que ser para todos o no habrá futuro en absoluto.


Casi medio siglo ha pasado desde que JFK dijo esas importantes palabras. Tristemente, esos años han sido desperdiciados. Ellas han perecido como el hombre que las pronunció. Deberíamos hacer todo lo que esté en nuestro poder para no despilfarrar los años que vienen. Hoy es importante mirar hacia atrás, hacia lo que ha pasado y lo que no ha dejado de pasar, mientras buscamos evaluar las nuevas realidades mundiales y armar a la comunidad humana con un nuevo conocimiento, pensamiento y visión. Sin eso, será muy difícil mostrar capacidad para enfrentar los retos que enfrentamos.


¿Qué acciones se requieren para una perestroika de la tierra como totalidad?


No soy optimista en cuanto a que habrán cambios para bien. La situación es muy crítica en muchos frentes. Se han producido muchos análisis, declaraciones y foros en los últimos quince años. Existe mayor claridad, pero no acción práctica. Nuestro eco-sistema se está deteriorando. A menos que resolvamos el problema ecológico, nada cambiará para bien. La falta de agua potable es el mayor déficit mundial en estos momentos. Los tres foros internacionales sobre agua potable terminaron sin resultados, aunque asistieron miles de representantes de todo el mundo. No hubo resolución porque los países desarrollados bloquean todas las decisiones en los foros internacionales.



También existen grandes problemas con los recursos naturales. No hemos desarrollado nuevas fuentes de energía. No hay inversiones grandes o esfuerzos unidos para la solución. El ochenta por ciento de la población utiliza el 20% de los recursos y el veinte por ciento de la población utiliza el 80%. El modelo de consumo de la sociedad occidental se ha sobrepasado a sí misma. Con solo el 5% de la población del planeta, los americanos utilizan el 25% del petróleo. ¿Podrán, las personas de los Estados Unidos, cambiar su nivel de vida?


Miremos a la China. China necesitará más recursos. Sin embargo, los políticos no tienen adecuada visión o voluntad política para resolver el problema. Necesitamos investigación científica y debemos propagar este conocimiento a través de los medios de comunicación. La política está rezagada detrás de nuestro mundo que cambia rápidamente. La política no cambiará sin una presión activa por parte de la sociedad civil.


¿Cuál acción considera que es la más necesaria actualmente?


Necesitamos crear nuevas reglas de juego. No necesitamos un gobierno mundial, una superpotencia, o un grupo de países. Necesitamos un liderazgo basado en un sistema internacional regional y, por supuesto, unas Naciones Unidas reformadas. Pero la reforma significativa ha sido rechazada porque la ONU (o cualquier sistema que pueda dirigir el cambio) es contemplado desde la perspectiva de los intereses nacionales.



Por supuesto, las responsabilidades de los gobiernos nacionales son importantes. Necesitamos sistemas globales efectivos en un mundo interdependiente, donde todo esté globalizado, incluyendo las finanzas, los recursos y el intercambio comercial. Si los sistemas globales no son efectivos, entonces la política nacional no estará a la altura de la tarea. Nada cambiará, sin la visión y voluntad política para construir un nuevo orden mundial. Tenemos que estudiar la naturaleza humana y trabajar unidos para que a mediados de siglo tengamos establecido un sistema que pueda guiar a todo el mundo.



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