martes, julio 31, 2007

El cielo y el infierno

(Sergio Valdivia)


Es de conocimiento general que muchas personas no logran controlar ciertas emociones intensas. Es fácil reaccionar de manera desproporcionada. Un incidente relativamente sin importancia puede provocar un fuerte descontrol emocional. La ira puede llegar y perdurar por algún acontecimiento que objetivamente no es tan fundamental. Mucha gente se arrepiente posteriormente de haberse comportado agresiva, pero el mal ya está hecho.

Determinantes decisiones son tomadas a veces llevados por la emoción, comprometiendo a una persona su propio futuro: trabajo, estudios, pareja, etc.

Quien no logra dominar sus emociones vive un verdadero infierno. Tengo una amiga que es "víctima" frecuente de la envidia de una mujer, familiar cercano. Sin embargo, quien más sufre es quien tiene la envidia. El rencor, el resentimiento, la envidia y otros sentimientos similares, destruyen a quien las posee, enfermándole y acortándole la vida. O, en el mejor de los casos, deteriorando mucho su calidad de vida. No hay que molestarse con una persona así, hay que tenerle compasión.

Una manera de comenzar a tener un dominio, es ser capaz de observar con imparcialidad y objetividad los sentimientos que se tienen. Hay que intentar "desdoblarse". Una parte del ser contempla las emociones y comportamientos del otro. Cuando seas capaz de decir: "eso que tengo se llama ira, eso otro se llama envidia", entonces estarás comenzando a serenarte y controlar tus emociones desmedidas.

Daniel Goleman cita la siguiente historia.

El anciano monje estaba sentado a la vera del camino con los ojos cerrados, las piernas cruzadas y las manos en el regazo, sumido en profunda meditación.

De pronto, la voz áspera y exigente de un guerrero samurai interrumpió su paz.

-¡Tú, anciano! ¡Enséñame qué son el cielo y el infierno!

Al principio, el monje no dio señales de respuesta, como si no hubiera oído.

Pero poco a poco fue abriendo los ojos; un leve dejo de sonrisa jugaba en las comisuras de su boca. Mientras tanto, el samurai aguardaba con impaciencia, agitándose más y más con cada segundo transcurrido.

-¿Deseas conocer los secretos del cielo y el infierno? -dijo el monje, por fin-. Tú, que estás tan desaliñado. Tú que tienes las manos y los pies cubiertos de polvo. Tú, que vas despeinado y con mal aliento. Tú, que cargas una espada herrumbrosa y descuidada. Tú, tan feo, vestido por tu madre de esa manera tan ridícula, ¿tú me preguntas por el cielo y el infierno?.

El samurai pronunció una vil maldición y, desenvainando la espada, la elevó por encima de su cabeza. Se había puesto color carmesí; las venas se le marcaban en el cuello en nítido relieve, en tanto se disponía a degollar al monje.

-Eso es el infierno -dijo suavemente el anciano monje, en el momento en que la espada iniciaba su descenso-. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta.

En esa fracción de segundo, el samurai quedó sobrecogido de asombro, respeto religioso, comprensión y amor hacia ese gentil ser que había osado arriesgar la vida misma para transmitirle su enseñanza. La espada se detuvo en plena trayectoria y los ojos se le colmaron de lágrimas agradecidas.

-Y eso -dijo el monje- es el cielo.

Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.

(Proverbio chino)

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lunes, julio 30, 2007

Veintiún Maneras de Mantenerse en Paz

(Byron Katie)
Compilado por Mary Lynn Hendrix



Las siguientes son unas sencillas, aunque poderosas prácticas que pueden ofrecerte nuevas maneras de ver tus circunstancias de vida y, al hacerlo, crean nuevas posibilidades para la auto-realización.

1. Inversión de los juicios

Practica el fijarte cuando juzgas o criticas a alguien o a algo. Por ejemplo, en la fila del supermercado puede que te sientas impaciente y pienses que la persona frente a ti es desorganizada o grosera. Rápidamente, invierte tu juicio y pregúntate: "¿Es esto verdad para conmigo también? ¿Soy grosera? ¿Soy grosera a veces, con otros o conmigo misma? ¿Estoy siendo grosera en mi interior al pensar que ellos lo son?" Este ejercicio retira tu atención de "el otro" y la coloca en ti. El perdón surge naturalmente. El adjudicarle la culpa o el juicio a otro te vuelve impotente para cambiar tu experiencia; el asumir responsabilidad por tus creencias y juicios te da el poder de cambiarlos. Recuerda, más allá de la apariencia de quienquiera que sea el que estés mirando, se encuentra siempre Dios disfrazado, parado frente a ti para que puedas conocerte. El invertir los conceptos permite el completo perdón. El perdón conduce a la conciencia de uno mismo y reestablece la integridad personal.

2. Las tres clases de asuntos

Observa, cuando te sientes herido, que estás mentalmente fuera de tu propio asunto. Si no estás seguro, detente y pregúntate: "Mentalmente, ¿En el asunto de quién estoy?" Sólo existen tres clases de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. ¿De quién es asunto si ocurre un terremoto? De Dios. ¿De quién es asunto si el césped de tu vecino está horrible? Es asunto de tu vecino. ¿De quién es asunto si estás enfadado con tu vecino porque su césped está horrible? Es asunto tuyo. La vida es simple, es interna. Cuenta, en intervalos de cinco minutos, cuántas veces estás, mentalmente, en un asunto ajeno. Nota cuando das un consejo que no se te ha pedido u ofreces tu opinión sobre algo (en voz alta o en silencio). Pregúntate: "¿Estoy en el asunto de otro? ¿Me pidieron ese consejo?" Y, aún más importante, "¿Puedo tomar este consejo que estoy dando y aplicarlo a mi propia vida?"

3. Estar en el asunto de nadie

Luego de trabajar con la práctica de estar fuera de los asuntos ajenos, trata de estar, incluso, fuera de tu propio asunto. Toma con ligereza cualquier cosa que pienses que sabes sobre ti mismo. "Estoy contenida dentro de este cuerpo físico. ¿Es verdad esto? ¿Puedo saber, absolutamente, que es verdad? ¿Qué gano con aferrarme a este pensamiento?" Existe una creencia generalizada de que somos nuestros cuerpos, y de que moriremos. "¿Quién sería yo sin ese pensamiento?"

4. "Desentenderte" de tu cuerpo / tu historia

Al hablar sobre ti, trata, por un período de tiempo, de hablar en tercera persona, en vez de referirte al "yo" o a "mí". En lugar de decir, "Voy a almorzar", di, "Ella va a almorzar", (refiriéndote a ti), o "Esta va a almorzar". Haz esto con un amigo por una hora, una tarde o un día entero. Elimina el uso de todo pronombre personal (yo, mí, nosotros). Refiérete a ti y al otro en tercera persona. Por ejemplo, "¿Cómo está ése hoy? ¿Quiere ir al parque?" Experimenta las historias, las preferencias y el cuerpo que crees que eres de manera impersonal.

5. Hablar en tiempo presente

Hazte consciente de cuán a menudo tu conversación se enfoca en el pasado o en el futuro. Date cuenta de los verbos que usas: era, hizo, harán, etc. Hablar del pasado es redespertarlo y recrearlo enteramente en el presente, aún si sólo en nuestras mentes, y perdemos lo que está presente para nosotros ahora. Hablar del futuro es crear y vivir una fantasía. Si quieres sentir miedo, piensa en el futuro. Si quieres sentir vergüenza y culpa, piensa en el pasado.

6. Lavar los platos

"Lavar los platos" es la práctica de aprender a amar la acción que está, en este momento, frente a ti. Tu voz interior o intuición te guía, durante todo el día, para hacer cosas sencillas, como lavar los platos, conducir al trabajo o barrer el suelo. Permite la santidad de la simplicidad. Escuchar tu voz interior y luego actuar conforme sus sugerencias, con entera confianza, crea una vida más agraciada, libre de esfuerzo y milagrosa.

7. Escuchar la voz de tu cuerpo

El cuerpo es la voz de tu mente, y te habla por medio de movimientos que se manifiestan en contracciones musculares tales como tirones repentinos, punzadas, cosquilleo y tensión, para mencionar algunos. Hazte consciente de cuán a menudo te alejas de la paz o la calma. Practica la quietud y permite que tu cuerpo te hable de dónde tu mente se contrae, sin importar lo sutil que pueda ser la contracción. Cuando notes alguna sensación, investiga internamente, "¿Qué situación o pensamiento estrecho está provocando esta sensación física? ¿Estoy fuera de alineamiento con mi integridad en esta circunstancia? Si es así, ¿Dónde? ¿Estoy dispuesto a soltar esta creencia o pensamiento que le causa a mi cuerpo esta contracción?" Escucha y permite que las respuestas te guíen, y regresa a la paz y a la claridad internas.

8. Realizar un reportaje de uno mismo

Este ejercicio puede ayudar a sanar el miedo y el terror. Practica reportarte eventos como si la circunstancia en que te encuentras fuera, en realidad, un reportaje noticioso y tú fueras el periodista. Describe exactamente lo que te rodea y lo que acontece en la "escena" en ese preciso momento. El miedo es siempre el resultado de proyectar una re-creación del pasado al presente, o al futuro. Si te encuentras temeroso, encuentra cuál es la creencia de fondo e investiga: "¿Es verdad que tengo necesidad de sentir miedo en esta situación? ¿Qué es lo que realmente está ocurriendo, físicamente, ahora mismo? ¿Dónde está mi cuerpo (manos, brazos, pies, piernas, cabeza)? ¿Qué observo (árboles, paredes, ventanas, cielo)?" Despersonalizar nuestras historias nos da una oportunidad para mirar las circunstancias de manera más objetiva y elegir nuestras respuestas a lo que nos brinda la vida. Vivir en nuestras mentes, creyendo nuestros pensamientos falsos, es un buen modo de asustarnos de muerte, cosa que puede manifestarse en forma de envejecimiento, cáncer, degeneración celular, alta presión sanguínea, etc.

9. Escuchar literalmente

Practica escuchar a otros en el sentido más literal, creyendo exactamente lo que dicen, y haciendo el máximo por resistir caer en tus propias interpretaciones acerca de la información que comparten contigo. Por ejemplo, alguien elogia tu hermosura y tú lo interpretas como una implicación de que esa persona tiene motivos ulteriores. Nuestras interpretaciones de lo que escuchamos decir a la gente son, a menudo, más dolorosas o atemorizantes de lo que la gente dice en realidad. Podemos herirnos a nosotros mismos con nuestras interpretaciones erróneas y nuestro pensar por los demás. Intenta confiar en que lo que otros dicen es exactamente lo que quieren decir, ni más ni menos. Escucha a la gente. Atrápate cuando quieras completar una aseveración por alguien, ya sea en voz alta o en tu mente. Escucha. Puede ser sorprendente escuchar lo que surge cuando permitimos a otros completar sus pensamientos sin interrupción. Cuando estamos ocupados pensando que sabemos lo que ellos están a punto de decir, nos estamos perdiendo lo que, en realidad, están diciendo. Puede que quieras considerar estas preguntas: "¿Qué puede ser amenazado si escucho y oigo literalmente? ¿Interrumpo porque, realmente, no quiero saber lo que ellos tienen que decir? ¿Interrumpo para convencerlos de que yo sé más que ellos? ¿Estoy intentando presentar una imagen de auto-confianza y control? ¿Quién sería yo sin la necesidad de poseer estas cualidades? ¿Hay tras esto el temor a parecer tonto? ¿Me abandonarían las personas si yo las escuchara literalmente y no me involucrara más en juegos de manipulación?"

10. Hablar honesta y literalmente

Habla literalmente. Di lo que tienes intención de decir sin justificarte, sin el deseo de manipular, y sin importarte cómo pueden otros interpretar tus palabras. Practica el no ser cuidadoso. Experimenta la libertad que esto brinda.

11. Observa el drama

Imagínate en un balcón de teatro, mirando tu drama favorito acerca de ti mismo y lo que te incomoda. Observa la historia abajo, en el escenario. Date cuenta de que has visto esta representación cientos, tal vez miles de veces. Observa el drama hasta que encuentres que te estás aburriendo. Los actores están teniendo que exagerar sus partes para mantener tu atención. Nota cuando admites tu aburrimiento, te levantas del asiento, abandonas el balcón y sales del teatro al exterior. Sabes que siempre puedes regresar. ¿Quién serías tú sin tu historia?

12. Ver una segunda versión del drama

Escribe tu historia desde los ojos y la mente de otro. Escribe tantas versiones y desenlaces diferentes como desees. Date cuenta de lo que notas.

13. Ejercitar la polaridad

Si te observas inmerso en un pensamiento negativo, practica ir al extremo opuesto o polaridad positiva. Cuando te atrapes regresando a la negatividad, elige de nuevo regresar a la polaridad positiva y sé presente con tu elección consciente; siente la verdad de ésta. Sólo existe el amor, y lo que no parece ser amor, es un clamor de amor, disfrazado. Es tu derecho de nacimiento vivir en la polaridad positiva del amor y la verdad.

14. El proceso de amarse a uno mismo

Haz una lista de todo lo que amas sobre alguien y compártelo con esa persona. Luego, aplica a ti mismo todo lo que hay en la lista. Puede que reconozcas que aquello que amas en otro es también verdad con respecto a ti. Permite entonces que la plenitud de esto sea expresada en tu vida.

15. Actuar con honestidad

Practica moverte y responder honestamente. Ríe, llora, grita y habla como sea auténtico para ti a cada momento. Sé un niño otra vez; actúa en completa integridad con tus sentimientos. No dejes que las creencias comprometan tu integridad. Por ejemplo, intenta abandonar un salón con honestidad, sin manipular a los que allí permanecen con una excusa cortés. Vive tu verdad sin dar explicaciones.

16. Pedir lo que quieres / darte lo que quieres

Pide lo que quieres, aún cuando pueda parecerte atrevido o bochornoso. La gente no sabe lo que quieres hasta que se lo pides. El acto de pedir es una validación de la conciencia de que mereces tener lo que deseas. Si otros no pueden o no quieren acomodarse a tus reclamos, dátelo tú mismo.

17. Conciencia de ti mismo

Reconoce que el que está frente a ti eres tú. Más allá de todas las apariencias y personalidades está la esencia de la bondad, que eres tú. Recordar tu presencia en todas las formas te trae inmediatamente al momento presente, maravillado de la plenitud que existe ahí. La persona ante ti será una oportunidad para conocerte a ti mismo. El corazón se desborda en amor y gratitud, mientras dice con humildad: "Claro, esta persona o situación está aquí, frente a mí, para que pueda aprender quién soy".

18. Gratitud a uno mismo

Sólo por veinticuatro horas, deja de mirar fuera de ti para obtener reconocimiento. Del otro lado de esto, te conviertes en la experiencia de la gratitud.

19. El espejo de la vanidad

Si quieres ver quien no eres, mírate al espejo. Usa el espejo solamente una vez al día. ¿Quién serías sin tu espejo?

20. Mas allá de la justificación

Comienza a notar cuán a menudo te explicas o te justificas a ti mismo, tus palabras, acciones, decisiones, etc. ¿A quién estás tratando de convencer? ¿Cuál es la historia que estás tratando de perpetuar? Hazte consciente del uso de la palabra "porque" o "pero" cuando hablas. Detén la oración inmediatamente. Empieza de nuevo. La justificación es un intento de manipular a otra persona; elige aquietarte y saber.

21. El regalo de la crítica

La crítica es una increíble oportunidad para crecer. He aquí algunos pasos sobre cómo recibir la crítica y beneficiarte de ella. Cuando alguien te dice que estás "equivocado", eres "terrible", "torpe", etc., dile a la persona, ya sea en tu mente o en voz alta: "Gracias". Este pensamiento te coloca inmediatamente en un espacio en el cual puedes estar dispuesto a escuchar y a usar la información de manera beneficiosa para ti. Luego de la crítica, pregúntate: "¿Me siento herido?" Si la respuesta es "sí", entiende que, en algún lugar dentro de ti, tú también crees la crítica que te hicieron. Saber esto te da la oportunidad de sanar esa parte de ti que te parece inaceptable. Si quieres cesar de ser vulnerable a la crítica, sánate de ésta. Aquí reside el poder definitivo para soltar cada concepto. Ser invulnerable significa que ya no puedes ser manipulado, porque no hay lugar en ti donde pueda alojarse la crítica. Esto es libertad.

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jueves, julio 26, 2007

¡Sigue adelante!

(Pepa Arcay)

http://www.egrupos.net/grupo/mensajesparaelcamino/archivo

Se cuenta que hubo un leñador que se pasaba el día talando árboles. La madera en esa parte del bosque no era de buena calidad así que lograba pocos beneficios a pesar de ocupar toda su jornada cortando leña. Un día pasó por allí un anciano y al ver el gesto desalentado del leñador, le dijo: Buen hombre, sigue adelante.

A la mañana siguiente, cuando el leñador se disponía a emprender su labor, recordó el consejo que el día anterior le había dado el anciano. Nunca se había planteado buscar otro lugar para talar porque en aquella zona al menos tenía leña asegurada, pero cada día se sentía más cansado y desanimado. Esa mañana tomo la decisión de penetrar más en el bosque. Después de unas horas de caminar por territorio desconocido descubrió un macizo de árboles espléndidos de madera de sándalo. Esta madera era la más valiosa de todas, la más cotizada en la comarca, así que el leñador se congratuló por haber tenido esperanza de nuevas y mejores posibilidades.

Transcurrieron algunos meses y el leñador volvió a recordar la sugerencia del anciano. El éxito obtenido anteriormente al decidirse a buscar otros horizontes le llenó de entusiasmo y determinó penetrar aún más en el bosque. Así fue como pudo encontrar una mina de plata. Este fabuloso hallazgo le hizo muy rico y además le permitió descubrir nuevas áreas de aprendizaje y desarrollar nuevas habilidades. Dentro y fuera de sí mismo los paisajes y las perspectivas estaban mejorando considerablemente.

Y lo curioso es que, en el que fuera leñador, seguían resonando muy vivas las palabras del anciano: Sigue adelante. En esos días todavía se introdujo más en el bosque. Había aprendido a perseverar y a cultivar un espíritu de descubrimiento y fe en el potencial que hay en el interior de todo lo creado, incluido él mismo. Fue de este modo como halló ahora una mina de oro y se hizo un hombre excepcionalmente rico. También muy sabio y generoso. Había tenido que avanzar con tesón y confianza hasta encontrar la riqueza que ahora compartía, por eso a cada persona que le pedía consejo, el antiguo leñador le repetía: Sigue adelante, hacia tu interior para encontrar la fuente de tu sabiduría y hacia tus sueños que serán reflejo de tu riqueza interior."

(Adaptación de un cuento de la tradición hindú)

¿Te parece que no hay salida para tu situación? ¿No ves alternativas? ¿Piensas que se te acaban las fuerzas a la vez que crece tu desaliento?

La llamada a cultivar el potencial interior, la semilla de plenitud, está impresa en todos los seres humanos. Es importante comprenderlo ya que el desarrollo de este cultivo nace de la fe en que es posible. Poseemos un fondo vital, invisible e impreciso que, sin embargo, fluye sin cesar e influye decisivamente en la configuración de la vida humana.

Te invito a que te coloques en el espacio interior de observador y cuestiones tus pensamientos y emociones: ¿qué miedos te están paralizando? ¿qué creencias te mantienen encasillado? ¿qué apegos te atan? ¿qué zonas de comodidad no te atreves a dejar atrás? ¿qué dudas nublan una definición clara de tus objetivos? Entra como el aventurero leñador en ese bosque interior. Adéntrate con tu silencio en la tierra sagrada de tu corazón. Respira y goza de la experiencia. No te asustes ni te repliegues al encontrarte con las enredadas lianas de los prejuicios, los condicionamientos, los apegos, las arbitrariedades, los miedos y temores. Puedes ir mucho más allá de tus limitaciones porque tienes muchas más capacidades que las que actualmente estás usando. Muchas personas en situaciones límites hacen cosas que nunca habían pensado que serían capaces de hacer. Sus ejemplos nos ayudan a darnos cuenta que en nuestro interior existen fuerzas y energías aún por descubrir.

Es frecuente confundir querer con deseo. Y es que sólo utilizamos correctamente la palabra querer si la decimos con los labios, con el corazón y también con la voluntad. Querer algo de verdad significa escoger una opción y comprometernos con ella. Los cambios significativos comienzan con alguien que se compromete con una posibilidad deseable pero de momento inalcanzable. En las zonas de comodidad que habitamos sólo usamos los talentos conocidos. Necesitamos estirar esa zona de comodidad y desafiarnos a subir la vara de nuestro desempeño. El esfuerzo va unido al valor de no rendirse ante las dificultades y retos que la vida nos presenta constantemente. También va unido a la esperanza en la posibilidad de un futuro mejor.

Los pensamientos esperanzados nos recuerdan que siempre hay varias alternativas aunque de momento no las veamos, y que siempre hay una salida aunque todavía no hayamos dado con ella. La esperanza y la confianza nos hablan del poder que vive en cada uno de nosotros, de la posibilidad de compartir dones y perspectivas, y de la flexibilidad que se logra al mirar desde nuevos puntos de vista. La esperanza, la confianza, la fe y la perseverancia nos remiten a la posibilidad de evolución creativa que reside en el interior de la vida que a todos nos sustenta. Energía en constante renovación y transformación que nos susurra a cada instante: ¡Sigue adelante!

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miércoles, julio 25, 2007

Deja atrás la Ira y la Amargura ¡¡Perdona!!

por: Wayne W. Dyer

Para dejar atrás la ira y la amargura, aísla en tu mente a una persona que sientas te ha agraviado en algún momento de tu vida, alguien que no haya pagado una deuda vencida hace mucho tiempo.

Quizás un esposo o una esposa que te abandonó o agravió de alguna manera, un padre o una madre o un viejo amor que te dejó plantado.

Aísla a esta persona en tu pensamiento. Ahora, por unos instantes, en lugar de sentir odio y amargura, intenta imaginar que le prodigas amor. Intenta captar la idea de que entraron en tu vida para ayudarte a aprender una lección y de que, por dolorosa que fuera esa lección, aparecieron en tu vida con una intencionalidad. Cuando seas capaz de prodigarles amor en lugar de odio, no sólo estarás en proceso de curación, sino que habrás emprendido el camino que lleva hacia el ser espiritual.

Piensa en el mal que se te ha hecho como si se tratara de una mordedura de serpiente. Cuando te muerde una serpiente, son dos las fuentes de dolor. Una es la mordedura en sí, y ahí no hay vuelta atrás. Ocurrió, dolió y tienes la señal que lo demuestra. Partes entonces de ahí y aprendes a eludir a las serpientes en tu vida. La segunda fuente de dolor es el veneno que circula ahora por tu organismo. Este es el que mata. NADIE HA MUERTO NUNCA DE UNA MORDEDURA DE SERPIENTE, lo fatal es el posterior ataque por parte del veneno que circula por el cuerpo.

Lo mismo ocurre con el odio y el resentimiento. El hecho ocurrió. No puedes hacer marcha atrás en tu mundo físico. Pero lo que mata son el odio y la ira que siguen circulando por tu organismo como si fueran veneno, mucho después de que la herida de la mordedura haya sanado y desaparecido.

Tú, y sólo tú, tienes el poder de expulsar este veneno de tu cuerpo; el que siga presente dentro de ti es elección tuya. Recuerda las sabias palabras de Buda:

"No serás castigado por tu ira, pero la ira te castigará". No podrás experimentar la capacidad de hacer milagros si tus entrañas están envenenadas por la amargura y la ira hacia los demás.

El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira.

(Dalai Lama)

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lunes, julio 23, 2007

No te rindas


No te rindas, aún estás a tiempo
de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra,
liberar el lastre y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te quiero,
porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
bajar el puente y cruzar el foso,
abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.

Recuperar la risa, ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.

No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque tienes alas y puedes hacerlo, porque no estás solo y porque yo te quiero.

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martes, julio 17, 2007

Mi libertad

Mi libertad es ser quien soy, no lo que los demás esperan que sea.

Mi libertad es decidir dónde quiero estar en cada momento, es pensar lo que pienso y no lo que “debería” pensar o lo que hubieran pensado otros.

Mi libertad es correr los riesgos que yo decida correr, es equivocarme y corregirme.

Mi libertad es salir al mundo a buscar lo que necesito, y no vivir esperando a que me den permiso para conseguirlo...

Mi libertad es elegir la actitud con que me enfrento a la vida.


Algunos se imaginan ser libres y no ven las ataduras que los aprisionan.

(J. M. Buckert
)

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La oración de la gestalt

Yo hago lo mío y tu haces lo tuyo.

No estoy en este mundo para satisfacer tus expectativas.

Y tu no estás en este mundo para satisfacer las mías.

Tu eres tú y yo soy yo.

Si por alguna casualidad nos encontramos

es hermoso.

Si no

no hay nada que hacer.

Fritz Perls.

Sueños y existencia.

Ed. Cuatro Vientos.

Santiago de Chile. 1974.

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lunes, julio 16, 2007

¿...y la Ciencia con mayúscula, dónde está?

Verdades, espejismos y autoengaños en torno al concepto de ciencia...

Por Dora Rizzuto

Hace pocos días, los medios de comunicación informaron sobre el resultado de un brillante y a la vez sorprendente trabajo de investigación llevado a cabo en el CONICET por un equipo de estudiantes de doctorado en biología coordinado por el Dr. Gabriel Rabinovich. Se trata de un proceso iniciado en 2002 y coronado hoy (cinco años después) por el éxito, tanto que ha merecido un lugar especial en el último número de Nature Inmunology, una revista científica de prestigio internacional. (Clarín, martes 26/06/07 pág. 36 - La Nación, martes 26/06/07 pág. 14 - TN Nelson Castro - "El juego limpio" jueves 5/07/7 – 22 hs.)

Brillante porque es, sin duda, un aporte decisivo en el control de enfermedades auto inmunes tan agresivas para el ser humano como la Esclerosis Múltiple, la Artritis Reumatoidea y la extraña enfermedad de Crohn.

Pero a la vez es sorprendente pues estos investigadores han alcanzado resultados sobresalientes con una escasez de medios y dificultades increíbles, tan increíbles como el magro sueldo mensual de $1.800 que reciben, que hoy les parece muy adecuado, pues hasta el año pasado era sólo de $700. Sin comentarios...

Sin duda estamos frente a un trabajo científico de suma excelencia, que debiera ser ampliamente difundido y conocido por todos nosotros pues se trata de un triunfo de la ciencia argentina, que merece nuestro orgullo nacional, el cual, por lo general, pareciera estar limitado sólo al fútbol, el basketball y ocasionalmente algún otro deporte, como el hockey o el golf.

No es que esté mal que vivemos y vivamos con entusiasmo los éxitos deportivos, sino que poniendo cada cosa en su lugar y dando un lugar a cada cosa, debiéramos entender y reconocer lo que significa este triunfo para el posicionamiento internacional de la ciencia argentina, tan vapuleada como está, como también lo que implica en lo particular, al abrir una esperanza firme en quienes padecemos alguna de las enfermedades antes mencionadas.

Precisamente, hablando de dar un lugar a cada cosa, nos parece importante revisar la aplicación del concepto de "científico" a las distintas disciplinas profesionales en nuestro medio. Sin duda este esfuerzo del equipo del CONICET encuadra a la perfección en el concepto que marca el rigor del canon científico, para los trabajos o actividades que aspiran a tal nombre.

Se ha formulado una hipótesis de trabajo acerca de la identificación y diferenciación de los azúcares que recubren los glóbulos blancos y luego se ha desarrollado lo que se denomina una "marcha sistemática" de observación/comprobación a lo largo de cinco años, para llegar a determinar que efectivamente es posible conocer la identificación de esos azúcares, así como su diferenciación, la cual permite predecir su comportamiento e impacto en el cuerpo humano, evitando o provocando la aparición de las enfermedades auto inmunes. ¡Qué hallazgo!

Sin duda esto es en serio, ciencia aplicada, ante la cual nos asomamos con respeto casi reverencial, pues implica poder penetrar en las profundidades de la materia viva a través de un esfuerzo intelectual riguroso, disciplinado y orientado hacia un fin mensurable, verificable, evaluable y comparable.

Pero esto nos provoca, a renglón seguido, una gran duda: ¿es posible reconocer este mismo rigor en el "estado del conocimiento" de otras disciplinas? Y a continuación; ¿son ciencias "todas" las ciencias?

Nos preguntamos esto, pues más de una vez nos ha provocado cierto escozor el oír que se aplica el concepto de "científico" a áreas del conocimiento que en verdad parecieran ser solo un conjunto de prácticas y herramientas, que en parte aplican o utilizan algunos conocimientos de carácter científico, actividades sin duda muy respetables profesionalmente pero que, en sí mismas, no son científicas.

Por caso, la administración, la comunicación, el derecho, entre otras, a las cuales, pareciera para darles mayor importancia o reconocimiento social, suele anteponérseles el patronímico de ciencias, al igual que se "doctorea" a los profesionales que las ejercen, sin que en su mayoría hayan cursado estudios regulares de postgrado.

Esto no quiere decir que no sean disciplinas que merezcan y exijan el rigor y la profundidad en su estudio, análisis y aplicación, pero también es cierto que el valor de sus prácticas es fruto del arte y la experiencia de sus instrumentadores, pero no necesariamente de la aplicación del método científico, frente a lo cual se abre un verdadero abismo entre estas disciplinas y lo que llamamos "Ciencia", con mayúscula y sin aditivos.

Como la orientación de MATERIABIZ es la administración de empresas, vayamos al punto encontrándonos con Mario Bunge quien, al considerar el "status epistemológico" de la administración, señala que la misma es concretamente una "técnica social", a lo cual nos permitimos agregar que, como toda técnica social, está fuertemente influida por la ideología y la visión del mundo, tanto de quien reflexiona o enseña sobre el quehacer administrativo, como también de quien la aplica en una situación y contexto determinados.

Además, como la razón última de la administración no es el pensamiento especulativo, sino su ejercicio a través de la "práctica gerencial", vale recordar lo que señalaba con agudeza Peter Drucker allá lejos y hace tiempo: "la gerencia no es una rama de la teología, sino fundamentalmente una disciplina clínica. Como en la práctica de la medicina, la prueba no consiste en saber si el tratamiento es científico sino, por el contrario, en verificar si el paciente se recupera" y concluye "la gerencia es una práctica, antes que una ciencia o una profesión, aunque contiene elementos de ambas".

Sin duda el pensamiento de Drucker no excluye, muy por el contrario rescata, la importancia en la función gerencial de "el estudio sistemático de los principios, la adquisición de conocimientos organizados y el análisis sistemático de su propio desempeño, (sumado a) la autodisciplina y las elevadas normas éticas de un verdadero profesional".

Todo esto significa que las exigencias del papel profesional en materia de administración son, valga la redundancia, muy exigentes, pero no necesariamente científicas, lo cual no quiere decir que no se sepa reconocer la necesidad y conveniencia de aplicar herramientas metodológicas que puede o no tener fundamento en la ciencia (experimental o especulativa), pero que por sobre todo deben apoyarse en criterio, coherencia, reconocimiento de la situación y responsabilidad moral.

Trabajar con estos supuestos supone una fuerte dosis de realismo, lo cual también implica dar (como dijimos) un lugar para cada cosa y a la vez colocar cada cosa en su lugar. Dejemos entonces lugar a la ciencia para que esté donde debe estar y ocupémonos nosotros de ejercer con propiedad nuestro papel profesional, para lo cual, por encima de la ciencia, hace falta más que nada conciencia. ¿O no?

Dora Rizzuto
Doctor of Business Administration (DBA) Research Associate- Henley Management College UK. MBA - Henley Management College UK. APM Practitioner (UK)– Association for Project Management UK-. Profesora de UADE. Profesora invitada de Advanced Strategy del Executive MBA en Universidad Torcuato Di Tella



Bibliografía:

BUNGE Mario - "Status epistemológico de la Administración" - en Revista Administración de Empresas - Tomo XI, Buenos Aires, Octubre de 1980

DRUCKER Peter F. – "La Gerencia de Empresas" – Sudamericana - 4ta. Edición – Buenos Aires 1966

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miércoles, julio 04, 2007

La canción de las personas

Perteneciente al libro "El universo está en ti"


Cuando una mujer de cierta tribu de África descubre que está embarazada, se va a la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que aparece la "canción de la nueva criatura".Cuando nace el bebe, la comunidad se junta y le cantan su canción. Luego, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le cantan su canción.

Cuando se convierte en adulto, la gente se junta nuevamente y canta. Cuando llega el momento de su casamiento la persona escucha su canción. Finalmente, cuando su alma está por irse de este mundo, la familia y los amigos se aproximan y, al igual que en su nacimiento, cantan su canción para acompañarlo en el "viaje".


"En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual se canta la canción. Si en algún momento de su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, lo llevan al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor.


Entonces le cantan su canción".


"La tribu reconoce que la corrección de las conductas antisociales no es el castigo; Es el amor y el afianzamiento de su verdadera identidad.


Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de perjudicar a nadie."


"Tus amigos conocen "tu canción" Y la cantan cuando tú la olvidas.


Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imagenes que muestras a los demas. Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu integridad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confuso."

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martes, julio 03, 2007

Los gestos también hablan

Cuando las palabras callan, los gestos hablan.

A veces, vivimos situaciones en que las palabras parecen desaparecer de nuestro vocabulario. Se anudan en el estómago, suben hasta la garganta y no sabemos, no tenemos idea de cómo sacarlas. Muchas veces sucede cuando nuestros amigos nos necesitan más. Y es allí precisamente, cuando nos topamos con esa barrera. No sabemos qué decir, no tenemos una explicación aceptable para el sufrimiento, sentimos miedo de decir algo indebido y nos quedamos quietos.

Encontramos palabras con facilidad, en su mayoría ya gastadas y repetidas, para expresar nuestra alegría, nuestro deseo de felicidad, sin importar si alguien ya las dijo o no. Tomamos prestadas esas frases comunes y hacemos con ellas nuestro mensaje. Y nuestros amigos lo reciben con el corazón abierto, con la sonrisa estampada, porque ellos también hacen uso de lo mismo. Es la costumbre, es normal, es gentil, es noble. Es millones de veces mejor que el olvido.

Nuestra gran dificultad es expresar palabras de consuelo cuando nosotros mismos tenemos un corazón molido por el dolor al ver el sufrimiento del otro, ¡conscientes de que no podemos hacer nada!

Va a pasar, ya lo sabemos, pues todos los dolores pasan, como pasan las noches de luna y los días de sol. Nada es estable y constante.

¡Y queríamos tanto encontrar las palabras exactas que amenizaran el sufrimiento, que proporcionaran consuelo inmediato, que anestesiaran o curaran de una vez! Y entonces, en el instante exacto, las palabras mueren.

Pero existe un secreto que solo los ángeles conocen: ¡Los gestos hablan!

Las flores hablan mucho. Un beso habla. Una caricia es como una voz dulce y suave. Una presencia, aún callada, dice bastante. Un abrazo habla muy alto. ¡Una mirada sincera dice tanto! Una mano que toma otra mano habla como varias bocas y centenas de corazones...

Cuando las palabras se rehúsen a salir de ti, habla con gestos. El otro comprenderá.

Se tú el ángel callado que traerá un pañuelo y permanecerá al lado para que el otro se sienta menos solo. Dar de sí vale más que todas las palabras del diccionario juntas. Y en esos instantes, Dios también calla. Como nosotros, Él se contenta en vernos con ternura, haciéndonos sentir mejor.

Autor:
Letícia Thompson, versión en español por Eduardo e Irany Lecea

Bendito sea el hombre que no teniendo nada que decir, se abstiene de demostrárnoslo con sus palabras.
(Thomas S. Eliot)


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