Antes que buscar ser rico y famoso
Sabio o hermoso
Grande y poderoso
Debes anhelar ser feliz.
Porque la riqueza se termina
Y la fama a veces es infame
La sabiduría a veces no es nuestro fuerte
Y terminamos siendo necios y tontos
Buscar la grandeza contradictoriamente nos empequeñece
Porque nos vuelve traicioneros, ambiciosos, desleales y falsos
Y el poder nos enferma de tal forma que nos hace cambiar
Y dejamos de tener amigos, y aspiramos a tener esclavos.
Mientras que la felicidad verdadera
No se teje con aspiraciones materiales
Ni con sentimientos fatuos
Ni se construyen con egoísmos y mucho menos
Con odios fatales.
Ser felices es tener un hogar cálido, cómodo y lleno de
Gratos momentos con la familia.
Compartir con la sonrisa de los hijos el tener la conciencia tranquila
El disfrutar con una buena comida y una conversación con quienes amamos
La dicha inmensa de ESTAR VIVOS… y de poder ver de frente a los demás
Sin que la vergüenza nos recuerde los errores cometidos
O en el peor de los casos los amigos buenos que dejamos perder
Por los orgullos y las vanidades
Y el tiempo que desperdiciamos peleando por algo que no vale la pena
Porque ser felices es tener siempre A DIOS EN NUESTRO CORAZÓN Y
EN NUESTROS HECHOS.
Mirar de frente y adelante, porque no tenemos en el corazón las tres bestias apocalípticas:
El miedo, el fanatismo y la ignorancia.
O en el peor de los casos los dos enemigos más grandes que poseemos: el orgullo mentiroso y la envidia, o quizás la peor de todas las pestes como es el odio, o a lo mejor la hermana mayor de todos ellos: La hipocresía.
Dra. Elena Polanco de Bonilla.
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