jueves, agosto 23, 2007

Los frutos de quien no quiere recibir

Durante una cena en el monasterio de Sceta, el padre de mayor edad se levantó para servir agua a los otros. Fue de mesa en mesa con mucho esfuerzo, pero ninguno de los padres aceptó.

"Somos indignos del servicio de este santo", pensaban.

Cuando el anciano llegó a la mesa del abate Juan Pequeño, este pidió que le llenase su copa hasta el borde. Los otros monjes le miraron horrorizados. Al final de la cena, cercaron a Juan Pequeño:

- ¿Cómo pudo juzgarse digno de aceptar aquella agua? No percibió el sacrificio que él estaba haciendo para servirlo?

- ¿Cómo puedo impedir que el bien se manifieste? Ustedes que se creen santos, no tuvieron la humildad para recibir y el pobre hombre no tuvo la alegría de quien da.



(Paulo Coelho, 'Guerrero de la Luz Online N° 152')


Cuando somos grandes en humildad, estamos más cerca de lo grande.

(Rabindranath Tagore)

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