sábado, abril 12, 2008

Matar al Amor


Hubo una vez en la historia del mundo, un día terrible en el que el Odio (rey de los malos sentimientos, de los defectos y de las malas virtudes) convocó a una reunión urgente con todos ellos. Enseguida, todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esa reunión con curiosidad por saber cuál era el propósito.

Cuando estuvieron todos reunidos, el Odio habló y dijo:

- “...Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien'.

Los asistentes no se extrañaron mucho pues quien hablaba era el Odio y él siempre quiere matar a alguien. Sin embargo todos se preguntaban entre sí, quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.

-'Quiero que maten al Amor', dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno le tenía ganas. El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo:

-“...Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará'.

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron todos decepcionados:

-“...Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante”.

Fue entonces cuando se ofreció la Ambición, que haciendo alarde de su poder dijo:

-“...En vista de que El Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará”

Y empezó la Ambición, el ataque hacia su víctima, quien efectivamente cayó herida, pero después de luchar por salir adelante renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo. Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición, , envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.

Pero el Amor , confundido, lloró y pensó que no quería morir. Con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció. Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros. Envío a la Frialdad, al Egoísmo, a la Lujuria, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que siempre fracasaron porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.

El Odio, convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás:

-“...Nada que hacer. El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos”.

De pronto, de un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido. Vestía de negro y llevaba un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver. Su aspecto era fúnebre como el de la muerte: 'Yo mataré el Amor ', dijo con seguridad.

Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer lo que ninguno había podido. El Odio dijo: - 'Ve y hazlo'. Tan sólo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después de mucho esperar que por fin EL AMOR HABIA MUERTO.

Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces, el sentimiento del sombrero negro habló:

-“...Ahí les entrego al Amor totalmente muerto y destrozado”, y sin decir más se marchó.

-“Espera” dijo el Odio, “en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir...¿Quién eres?”. El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: SOY LA RUTINA.

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