miércoles, agosto 15, 2007

La recompenza

Sin casa y sin rumbo, sin donde ni adonde, José Antonio Gutierrez vivió y creció en las calles de Guatemala. Para esquivar el hambre, robaba. Para esquivar la soledad aspiraba pegamento y entonces se convertía en estrella de Hollywood.


Un día, se fue. Se fue lejos, al norte, al Paraíso. Esquivando a la policia, colandose en catorce trenes y caminando mil y una noches, consiguio llegar a California. Y alli se metió y se quedó.

Seis años despues, en el barrio mas miserable de la Capital guatemalteca, los golpes en la puerta despertaron a Engracia Gutierrez. Unos señores de uniforme venia a notificarle que su hermano Jose Antonio, enrolado en el Cuerpo de Marines, habia muerto en Irak.

Aquel niño de la calle habia sido la primera baja de las fuerzas invasoras en la guerra del año 2003.

Las autoridades envolvieron su ataúd en la bandera de las barras y las estrellas y le rindieron honores militares. Y lo hicieron ciudadano de los Estados Unidos, que era el premio que le habian prometido.

La television, que transmitio en vivo y en directo la ceremonia, exaltó el heroismo del valiente soldado que habia caído combatiendo contra las tropas iraquíes.
Despues se supo que lo habia matado el fuego amigo, como se llaman las balas que se equivocan de enemigo.

Extraído del suplemento dominical Viva del Diario Clarin

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