Dicen que el rey Salomón tenía el hábito de sacarse el anillo y mirarlo pensativamente mientras meditaba sobre los conflictos que le traían para que los juzgara.
Y dicen también que, cuando murió, hubo mucha discusión sobre si debían sacarle el anillo o no.
Hubo también temor, porque sospechaban que su poder mágico pudiera hacerles daño.
Pero finalmente la curiosidad pudo más y le sacaron el anillo y con gran temor y expectativa miraron en su interior.
Había una palabra escrita. "Pasará"
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